En un día marcado por nubes teñidas de negro, la enfermera Ana se enfrenta a su labor en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde encuentra a María, una paciente con una enfermedad grave. A lo largo de la historia, Ana narra su experiencia cuidando de María, quien enfrenta complicaciones médicas como una operación de urgencia y una neumonía.

La historia destaca la importancia de la humanización en la atención médica, subrayando la conexión entre el personal de enfermería y los pacientes. Ana se esfuerza por aliviar el sufrimiento de María, no solo a través de cuidados médicos, sino también ofreciendo compasión y apoyo emocional. Se resalta la necesidad de abrir las puertas de las unidades de cuidados intensivos a los familiares, permitiéndoles participar en los cuidados y proporcionando un entorno más humano.

A medida que María atraviesa momentos difíciles, se exploran temas como el miedo a la muerte y la importancia de expresar sentimientos a los seres queridos o empatizar con su situación. A través de la figura de Irene, la hija de María, se busca reflejar el agradecimiento hacia los profesionales sanitarios por su dedicación y acompañamiento durante estos procesos. 

Un relato en el que se destaca la dualidad de emociones que experimenta una enfermera: la tristeza y la impotencia ante la pérdida, pero también la satisfacción y el orgullo de haber brindado cuidados integrales y compasivos. Tras esta reflexión sobre la profesión, Ana emprende el regreso a casa sintiéndose orgullosa de ser enfermera.

Rosa María Jorge Guillem