Ángel, enfermero de Atención Primaria, nos traslada a la historia de María. Una intrépida y audaz octogenaria, adelantada a su tiempo. Luchadora en mil batallas y con muchas historias a sus espaldas, recuerda y comparte a diario sus experiencias con su cuidador. Como cuando en la década de los 60’ acompañó a Marruecos a su marido, ingeniero agrícola, destinado por la multinacional en la que trabajaba para dirigir unas plantaciones de cítricos. 

Nuestro protagonista, establece una conexión especial con María por su actitud optimista inquebrantable pese a las adversidades. Durante su lucha contra el cáncer, a pesar de la gravedad de la situación, María mantiene su característica sonrisa, afrontando la enfermedad con valentía. 

A pesar de la dureza de los tratamientos y de su deterioro físico, la fortaleza emocional de María sigue intacta. En todo este proceso, Ángel la acompaña con conversaciones, cuidados y pequeños rituales, como su "pócima secreta" para aliviar la sequedad bucal causada por la radioterapia.

El relato evidencia la importancia de la humanización de los cuidados paliativos y el valor de una vida llena de experiencias. Emoción, aprendizajes, agradecimiento y reconocimiento de se combinan a partes iguales. Ángel nos hace participes de la fuerza y serenidad de María y de los tres regalos que esta le dejó y que le acompañaran siempre.