El consumo y la producción necesaria para abastecer la demanda mundial dependen del uso de recursos naturales y esto sigue teniendo efectos adversos en el medio ambiente. La sociedad es cada vez más consciente de que, si queremos conservar el entorno natural, necesitamos adoptar hábitos de consumo más respetuosos y que promuevan la economía circular.
Disminuir el impacto de nuestra actividad es un factor determinante en las decisiones de compra. La compra de alimentación a granel o escoger productos con envases de materiales reciclados, son sólo un ejemplo. Por eso, para las compañías es cada vez más importante ofrecer alternativas sostenibles a los consumidores.
Acabamos de publicar los datos de nuestra última encuesta Global sobre Higiene y Salud, de la que se desprende que la mitad de la ciudadanía todavía considera que sus hábitos de compra y los productos que eligen no son determinantes para mejorar la sostenibilidad del consumo. Sólo el 53% de los encuestados afirma que son ellos mismos los responsables de consumir de manera más respetuosa con el medio ambiente. España es el país europeo con menor parte de población concienciada - en Alemania o Suecia el porcentaje es del 75% y en Francia un 65% de los ciudadanos lo consideran su propia responsabilidad.